
Coaching
Quienes tenemos un integrante en la familia con alguna característica del espectro de la neurodiversidad sabemos que tenemos desafíos muy importantes que afrontar. A la tarea amorosa y espectacular de criar un hijo, le sumamos desafíos gigantes en la mismísima crianza. Nosotros, los adultos, los familiares en general, ponemos todo nuestro empeño y atención en proveer terapias y espacios de desarrollo para esos integrantes de nuestro núcleo familiar que tanto las necesitan. Nos sentimos reconfortados cuando encontramos una actividad que ayuda a nuestro hijo en un área que necesita desarrollar; cuando encontramos una nueva opción para su evolución psicomotriz.
Pero, y nosotros?
Quien cuida de nosotros? ¿Cómo hacemos para encontrar tiempo y recursos disponibles para dedicarnos a nosotros mismos? ¿Es egoísta desear un tiempo para nosotros como adultos? ¿Un tiempo para la pareja? o para la familia, sin necesidad de que nos juntemos alrededor de las dificultades. A menudo nos descuidamos nosotros mismos. Y aunque resulte una paradoja, descuidamos nuestro lugar de cuidadores.
“En caso de una pérdida de presión, las máscaras caerán de los compartimentos superiores… coloque primero la suya, antes de ayudar a los otros”. Por qué esta frase, escuchada cientos de veces en los vuelos en avión, hace tanto sentido para nosotros. Si no podemos cuidar de nosotros mismos, no podremos ocuparnos de los demás. Es simple y cierto.
Por que coaching?
Porque en el espacio de coaching, primero generamos un ámbito de confianza y seguridad. Nadie te juzgará por tus pensamientos ni acciones. Provocaremos que puedas expresar tus temores, frustraciones, dudas, aciertos y logros en tu rol de acompañar a un miembro de tu familia. Buscaremos alternativas. Generamos un espacio para reflexionar sobre las opciones que tienes y te daremos apoyo para tomar tus decisiones.
Como?
Lo haremos de manera virtual, en un espacio de tiempo dedicado especialmente para ti. Idealmente sin interrupciones o con las interrupciones que formen parte de tu vida. Si coincidimos en la misma ciudad, y lo deseas, podemos pensar en hacer alguna sesión presencial.
Las sesiones tendrán una duración de entre 40 y 50 minutos aproximadamente. Sugerimos tomar un compromiso de varias sesiones ya que el coaching es un proceso que no es mágico, sino que toma un tiempo. También sugerimos realizar las sesiones de manera semanal o quincenal para darle una continuidad al trabajo.
¡El espacio de coaching es tuyo! Hablaremos sobre lo que tú decidas y dejaremos de hacerlo cuando lo necesites.
Para quién?
Siempre pensamos en los padres de los niños especiales. En general en quien tenga la demanda más grande de tiempo y esfuerzo. Pueden ser ambos padres o solamente uno de ellos. Pero también puede ser un hermano o una abuela. La idea es que el servicio pueda estar disponible para cada persona que tenga la hermosa y difícil tarea de interactuar de manera cotidiana con un miembro de la familia neuridiversa.
Grupo de acompañamiento para padres y familiares.