
Nuestra historia
“Cada día despertamos persiguiendo el sueño de alcanzar un mundo más empático e inclusivo”
Equipo de CODO A CODO.
En octubre del 2015 emigré a USA con mi familia buscando alternativas terapéuticas para Emiliana, mi hija menor, quien nació con Síndrome de Esclerosis Tuberosa y un importante compromiso funcional. Desde su nacimiento, hace doce años, me dediqué a su cuidado, aprendiendo y, sobre todo “aceptando una nueva y diferente perspectiva de vida”.
Tengo dos hijos que me han enseñado a ser madre. El mayor, Rodrigo, me trasmite toda su energía vital, su fuerza, su apoyo como hermano mayor, cariñoso, sin duda mi referente. Emiliana, me ha enseñado el valor de la lucha, a no bajar la guardia, a ver el otro lado de la luna. Juntos con su padre, hemos superado obstáculos y pruebas con mucha paciencia. Sin la fuerza y el empuje de las madres, padres y hermanos, pero también de los abuelos, tíos, y primos, nada se pudiera lograr. Gracias a ese hermoso trabajo en equipo, la experiencia se hace única.
Al emigrar y estar lejos de casa, se pierde esa invaluable red de contención original y hay que construir una nueva. Adicionalmente, algunos perdemos la posibilidad de ejercer nuestra profesión y se hace imperativo redireccionar el rumbo. Me tocó a mí.
Los primeros años de haber emigrado me ocupé de lleno a Emiliana dejando a un lado mi vida profesional. Un día como tantos otros, paseándola, intentando como siempre buscar la llave del equilibrio, algo en mi hizo un “click”, eso que lo psicólogos llaman “insight” y los que creemos en las sincronías lo llamamos señales del universo. Lo que estaba buscando, me encontró. Lo que venía cuestionándome día y noche llegó en forma de afirmaciones: Quiero contribuir a mejorar la calidad de vida de las familias de niños con necesidades especiales. Ofrecer un factor de bienestar para alcanzar una vida más equilibrada para toda la familia.
Entonces comencé a dibujar en mi mente esta idea. Al principio como un juego, imaginaba el equipo ideal, por supuesto, alineado con el propósito del proyecto. También pensé: ¿cómo sería una vida más amable, aún con las dificultades que tenemos a diario las familias neuro diversas?
Durante el trascurso de este camino, pude reencontrarme con mi esencia, dentro de las múltiples ocupaciones y quehaceres diarios. Entonces hice una pausa y me pregunté: ¿Qué quiero hacer? ¿Qué me hace feliz? ¿Cuál es mi propósito de vida? Cuando logramos responder esas preguntas, el trayecto de ida no tiene vuelta atrás, como cuando compramos un pasaje “One way”. No hay retorno.
“En ese momento mágico cuando entendemos nuestro propósito, la vida se transforma en una experiencia extraordinaria”. Esa frase, siempre me ha dado curiosidad. Ahora puedo decir con certeza, que la estoy experimentando.
Y aquí me encuentro, feliz con el equipo ideal y un sueño por cumplir. Agradezco profundamente la colaboración de mi familia y pareja, de terapistas y amigos, quienes forman parte del equipo y que me han apoyado con cariño durante estos doce años y ahora se animaron a acompañarme en este nuevo viaje.
Seguimos sumando gente. Queremos construir comunidad para expandir esta ola de empatía.
!!!!BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS!!!
Abrazos a la distancia,
Cecilia Montaña.